El
docente de Educación Física se forma para trabajar en la enseñanza de todas las
edades: niños/as, adolescentes, jóvenes, adultos y adultos mayores, en
contextos institucionales y ámbitos diversos; en el aula, en el patio, en el club, en la pileta, en la Colonia de vacaciones y en el ámbito
natural y de contacto con la naturaleza.
Es por ello, que se requiere que en su formación inicial, el alumno comprenda la
complejidad de la subjetividad en cada período de la vida, como también la
complejidad social y cultural que atraviesa y condiciona la existencia humana.
La importancia y la trascendencia de la Educación Física escolar no se manifiesta solamente en las clases de esta materia sino también en su contribución a la vida colectiva de la escuela y del alumno. Al participar activamente de las clases y en las actividades físicas, el alumno adquiere destrezas, hábitos y actitudes de convivencia social que perduran aún después de concluir su trayectoria escolar.
La participación en actividades de este tipo durante la escuela, rendirá sus frutos en la edad adulta, como por ejemplo el haber adquirido hábitos saludables y una buena salud integral. El carácter y la naturaleza lúdica, propia de la Educación Física, nace del instinto natural del niño hacia el movimiento y de la satisfacción que a éste le provocan las experiencias motoras que realiza con su cuerpo.
La participación en actividades de este tipo durante la escuela, rendirá sus frutos en la edad adulta, como por ejemplo el haber adquirido hábitos saludables y una buena salud integral. El carácter y la naturaleza lúdica, propia de la Educación Física, nace del instinto natural del niño hacia el movimiento y de la satisfacción que a éste le provocan las experiencias motoras que realiza con su cuerpo.
Un adecuado enfoque en el desarrollo de la Educación Física logra motivar al niño, favorece su capacidad de producir y por consiguiente, rendir mejor tanto en esa asignatura como en el proceso de aprendizaje en general; al mismo tiempo al mejorar y aumentar la calidad de ejecución de sus movimientos y elevar la seguridad en sí mismo. Cuando se tiene éxito en el control, ejecución y configuración del movimiento, se aumenta el rendimiento físico individual.
A la vez, si el alumno recibe una Educación Física bien programada y ejecutada, adquiere conocimientos sobre el funcionamiento de su cuerpo en movimiento, sobre el ambiente en que se mueve y sobre su relación con otras personas y objetos, que son parte integral de sus experiencias. Al introducir los conocimientos particulares de la materia, se aprende un vocabulario específico, lo cual amplía las posibilidades de mejorar todos los procesos intelectuales de análisis y síntesis al comparar y diferenciar aspectos inherentes al movimiento, por ejemplo, los movimientos fuertes y débiles, rápido y lento, el espacio general y el propio, el tamaño grande y pequeño de los objetos que se manipulan. Además, se estimula la creatividad y la sensibilidad por la forma, los modos y la belleza del movimiento corporal.
En sus manifestaciones educativas de juego y competencia, la Educación Física ofrece a la niñez una excelente oportunidad de formación socio-emocional. El constante cambio de circunstancias que se viven durante el juego, ofrece a los niños oportunidades no sólo de poner a prueba sus energías vitales, fuerza de voluntad, Independencia y confianza en sí mismo, sino también pone a prueba su autocontrol, la solidaridad y su espíritu de cooperación.Es entonces donde los futuros docentes necesitan re-actualizar y revisar sus vivencias y experiencias anteriores referidas a la Educación Física, para lograr sensibilizarse y revalorizar sus aportes para su formación personal y docente. Esta es una condición indispensable para que aprecien la importancia de los saberes corporales y motrices y los promuevan como parte de la formación de sus alumnos.
También tienen que acceder a un conocimiento didáctico, un "saber cómo" que les permita aceptar el desafío y el compromiso de intervenir en el desarrollo motor de los niños, pues éste requiere de múltiples experiencias e intercambios con el entorno físico, social y cultural que se generan en la relación con el docente, como promotor y contenedor de las iniciativas infantiles. La enseñanza de la Educación Física aumenta las posibilidades de interacción y contacto físico entre niños y docentes, quienes deben estar preparados y contar con la disponibilidad corporal para permitirlos.
Toda experiencia y saber propuestos durante la Formación docente, incluidos los de Educación Física, tienen que ser abordados desde sus implicaciones y aportes a las prácticas de la enseñanza.