Uno de los principales puntos en común de los niños y niñas de diferentes culturas es el juego. El juego es un medio para que el niño aprenda las normas culturales y los valores de una sociedad. Los distintos tipos de juego que los niños y niñas practican son un reflejo de la cultura en la que viven. Así, por ejemplo, hasta hace poco tiempo los juegos tradicionales infantiles en algunas etnias de Papua, Nueva Guinea, se caracterizaban por la ausencia de ganadores y perdedores. Todo lo contrario sucede en los juegos actuales de nuestra sociedad occidental donde la competición se convierte en muchos casos en un elemento esencial.
Nuestra práctica pedagógica nos presenta una realidad de la que no podemos ni debemos escapar: el juego es "la herramienta" didáctica, un recurso que disponemos en las diferentes situaciones de nuestra tarea docente. Y es en el juego donde el hombre encuentra la forma de satisfacer sus necesidades bio-psico-espirituales de entretenimiento, expresión, aventura, socialización. De allí que como docentes debemos procurar por todos los medios brindar a nuestros alumnos, como futuros docentes, los elementos necesarios para un aprovechamiento total y adecuado de éste recurso.
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